Alfresco.

El año pasado (suena tan lejos… apenas fueron unos días) me reuní con unos amigos de una exchamba para ponernos al día (no pues, no sean mal pensados, para ponernos al día de nuestras vidas), hacía tanto tiempo que no los veía que me dio alegría juntarme. Motivo de ello decidimos ir a un lugar a almorzar, se vocearon muchos sitios (incluso los que me recomendaron en algunos blogs), pero terminamos por ir a Alfresco en Miraflores.

Fue mi primera vez en ese lugar y había escuchado maravillas (además de que los precios estaban un poco sobre lo normal), pero por mono acepté. Empezando que el lugar es impecable, limpio y muy buena atención (me gusta cuando alguien me recibe con una sonrisa, así dan ganas de consumir todo). No recuerdo todos los platos, pero se pidieron entre muchos un Arroz Oriental con Pollo con alguna salsa oriental, un Lenguado con puré de pallares en salsa de Rocoto y algarrobina y yo pedí una Lasagna Alfresco de Alcachofas y Langostinos. Hasta donde sé, las lasagnas son difíciles de preparar así que pregunté por ellas (ya antes había ido a Il Postino donde la mesera admitió que las lasagnas no era su fuerte), definitivamente no hay lugar como el desaparecido Ricolina donde las lasagnas son deliciosas.

Para cuando me di cuenta ya nos habíamos morfado media porción de Conchitas.

Nos pedimos unos Pisco Sours y una entrada para picar que eran unas Conchitas a la Marinera (aquí un pata me pregunta por que tengo que fotografiar todo lo que vamos a comer y yo le respondo que tengo un blog… que es un blog?), ricas, en ese sentido no me voy a quejar. Llegaron los platos, el amigo del arroz oriental decía que su comida estaba medio punto subida de sal, cosa que no sentimos ninguno de lo que los probamos, el Lenguado si estaba buenazo, pero mi lasagna… MI LASAGNA…

Para ser sincero, esto parecía un Arroz con mariscos.

Este fue el mejor plato.

Se ve rico, verdad? Sin langostinos hubiera sido mejor.

MI LASAGNA…!!! (aves volando espantadas por el grito)

No voy a negar que la pasta en si estaba buena, la crema estaba riquísima, las alcachofas estaban en su punto, pero los langostinos… tcht… tcht… tcht… estaban recocidos. Salados y recocidos, parecían pedacitos de corcho escondidos en el plato y eso malogra todo, por más que el plato en un 90% tenía un buen sabor. Hice lo que debí, separé mis langostinos como todo buen niño engreído que no le gustan las alverjitas y me queje como dios manda… con rayos y truenos. Acompañamos el almuerzo con un Montes Chardonnay de etiqueta mohosa que fue perfecto con la comida.

Para no aguarme la cena, pedí postre. Un Crocante de Manzana con Helado de Vainilla que estaba rico, no era EL postre, pero estaba rico. Salvo por el helado que hubiera apostado era D’Onofrio (esta historia entre D’Onofrio y yo data de épocas milenarias), una amiga se pidió un Crocante de Coco y Albaricoque que dijo estaba bueno, pero más parecía un bizcocho (la base era crocante). Terminamos con un expresso tibio (lo hubiera preferido caliente) y una copita de pisco que siempre es bueno para después del postre.

Rico.

No puedo negar que tiene buena presencia.

En resumen, los platos tuvieron muy buena imagen (algunos más que otros), eso si la mesa de panes nos quedo corta y si vienen, no pidan la lasagna, esa no la recomiendo.

Por si estás interesado en conocer el lugar, queda en el Malecón Balta Nº790, Miraflores, atiende solo almuerzos y tiene otros dos locales en San Isidro y en Centro de Lima. Yo lo obviaré para otra vez.