En La Mar la vida es más sabrosa.

Iba a escribir de cómo la pase el día de hoy, de cómo hice que la guerra terminara entre nuera y suegra, las familias se reconciliaran y un montón de chachara acerca de la paz interna que uno siente cuando vive en medio de una línea de fuego o una bomba a punto de estallar. El asunto fue que fuimos a “La Mar” a almorzar y antes de decirles lo que pasó (que tampoco fue interesante) mejor les digo lo que se comió.

Las entradas fueron diversas, hubo una mixtura de Causas que estaba simplemente celestial (todas rellenas de alcachofas), cuyas “rellenos” externos eran de escabeche, pejerrey, pulpo al olivo, una con un cherry y otra de langostinos. Otra entrada tan rica como esa, fue el Anticucho a la Norteña, eran langostinos empalados sobre una crema de camote. Y para probar pedimos unos Rolls a la Norteña (langostinos incluidos) con los cuales mi madre se peleó por no saber usar los palitos (en verdad pensó que los Anticuchos a la Norteña eran los rolls y se vio graciosa queriendo maniobrar el anticucho con los palitos pegados).

Ven ese zapato abajo a la izquierda... ese es de Gastón que estuvo presente.

Eh... rico.

Espectaculares, recomendado 100%.

Graciosamente ricos.

Segundos.
Pedimos Langosta, Ñoquis en salsa de Langostinos y Ocopa caliente y un Tacu Tacu de pallares con huevo y plátano frito llamado Viajero. Y como pensé que eso quedaría chico pedimos un Cachete de Mero que fue lo que más demoro. Para acompañar pedí el Jovial Chivite Rosado, un vinito ligero que fue perfecto con toda el almuerzo pues tenía sus toques dulzones que a mi me encantan.

A mi parecer, poquito.

A mi parecer, demasiado. Pero buenazo.

No hay ciencia para hacer un Tacu Tacu.

A la parilla quedo buenísimo. Lo malo fue que demoró.

Postre.
Postres de manzana, el mío se llamaba Manzana, también hubo un Panqueque de Manzana que era como un pañuelo relleno de manzana y el de mi viejita fue una raspadilla. Nada del otro mundo, pero el vino resistió para acompañarnos. Al final terminamos todos medios zampados, felices y mucho bla, bla, bla.

Estaba con hambre.

Los objetos mostrados pueden verse más pequeños de lo que realmente son.

Lo interesante.
Apenas llegué una tía me quedó mirando, yo la reconocí, pero no sabía de donde, así que ni la miré. Cuando fue a su mesa me di cuenta que por que me llevaba una cabeza era la flamante congresista Gaby Perez del Solar. Por que la reconocí? Pues cuando iba al aeropuerto me la cruzaba a cada rato. Otro punto interesante, fue que detrás de nuestra mesa había una chica que me pareció reconocer… era nada más y nada menos que mi primer amor, mi amor de primaria, que estaba llena de hijos pequeños, algo subida de pesa y bien acabada como diría FD96. Ahora que lo pienso no era ella. Algunos amores deben quedar en el pasado.

Y si no fuera poco, mi señora madre termina diciéndole a Erika, la amable señorita que nos atendió (incluso me cobró mal y yo no me di cuenta, pero ella si me lo corrigió), que yo era su hijito engreído que la había invitado a almorzar. Pucha… nunca más.
No es por nada amigos, pero se viene una tormenta muy fuerte, agárrense fuerte.