Lapa.

Ayer estuve a punto de sacarme la cuerda del cuello, de abrirme la corbata, de escaparme del gallinero, pero no lo hice. Y no me arrepiento. Tal vez mañana sea mejor.

El día de hoy me detuve a leer posts hasta el cansancio, estaba molesto. Ya me paso. No sé si decir que me siento mejor que hace un par de horas, pero me siento diferente y eso es una mejoría, creo.

Me pase de blog en blog hasta terminar encontrando a uno al que parece todos odian (no, no soy yo aunque termine en el mio). Raramente en todos los blogs que me puse leer siempre encontre a este contacto mio, lo que se hubiera pensado que estaba siguiendola en la red.

Encontré unos muy buenos y graciosos, como los que me gustan. A otros les comente pues me apreció necesario, pero como costumbre entre a hacer arqueología a anteriores posts a aquellos que tenían más de un aó y yo sin enterarme de que existían. Y yo que creía que conocía la menos el 50% de los blogs en el Perú y Sudamerica.

Encontré también a un bloguero al que al parecer odian todos (deja vu?), pero llegue de pura casualidad hasta un post donde alguien le decía "Chochera, no vuelvas a postear en mi blog, no eres bienvenido por ser demasiado imbecil" y me dije... ¡vaya!

Hace tiempo conocí a un pata que se llamaba Juan, pero todos le decían Lapaman y a su flaca la llamaban Lapawoman (que buena!). El pata era muy buena gente, no lo voy a negar, pero tenía el carisma de un huevo sancochado en una bolsa, metido en la mochila por cinco días. Te conversaba, te recomendaba, pues aparentemente lo sabía todo. Pero tenía un pequeño defecto, siempre se te pegaba a donde fueras. Imaginate estar en una reunión, Lapa se te pega y de pronto te quedas solo, como si te hubieras tirado un pedo después de la freijolada. Y crees que el se va? No, se queda... Te vas al baño y te acompaña, sales y te sigue, y si tienes la suerte de perderlo, él mueve cielo, tierra, tiempo y realidades alternas para ubicarte. Y como ya te maldijeron con la compañía de Lapa, nadie se te pega al menos hasta que te bañes o adoptes una nueva identidad.

Recuerdo que Lapa se me pegó peor que... ¿Lapa?... y eso hizo que todo el mundo se apartara de mi. Lo podía soportar, era la primera vez que lo conocía y me cayó bien, pero a medida que pasaba el tiempo era insoportable escuchar hablar. Ver a través de sus lentes potos de botella y su peinado tipo Menudo de los 70's, era como estar con el peor de los nerds que se hayan conocido en la historia. Cuando quise deshacerme de él, no pude. Llegue hasta el punto de utilizar mi mal usado sarcasmo para aullentarlo, pero lo único que logré fue perder el aguirre de la noche. Hasta que no aguanté y le dije amablemente que se fuera... y no lo entendió. Más divertido era ver como una costra cicatrizaba que aguantar su compañía.

Me pongo a pensar (para aquellos que no lo creían), ¿por qué estas personas, al parecer inofensivas son insoportables? ¿Qué las hace distintas al resto de personas que quieren su atención y son muy mal recibidas? Leí el post al que el patita este comento para ver que tan imbecil podría ser su comentario y si, de imbecil tenía algo. Pero mi experiencia con Lapa me enseñó que es algo involuntario, no pueden culpar a nadie por ser un imbecil... ¿o si?

Odio cualquier tipo de intolerancia, odio que se le rechace a las personas por su forma de pensar, y más odio a las personas que siempre miran desde arriba, pero eso es algo inevitable. Desde cualquier punto de vista, si eres una "Lapa" serás por siempre Lapa y nadie te querrá, salvo Lapawoman o Lapaman, dependiendo del género. Y si eres tan tolerante como yo, igual no soportaras una Lapa por más buena gente que quieras ser. Simplemente es así.

Lapaman no sabía que eran tan espeso, pero sabía que tenía esa chapa. Y nunca se molesto. A lo mejor tan tolerante no se deba ser… oh, por dios! Soy un lapaman!!! Un último pensamiento, si tanto odian a alguien que se lo merezca, guardenselo para ustedes mismos. No saben las cosas que un mal comentario puede desencadenar. Para muestras basta ver la tele donde por que alguien dejó a alguien uno termina suicidándose, y por más idiota que eso suene, creo que no hay por que arriesgarse. Es decir, no tienes patas, y los pocos que tienes virtuales son crueles contigo. Y como los blogs son mundos abiertos, que feo es que a un mundo virtual no seas ni siquiera bien recibido.