Sobrenatural.

Vivo en una casa de brujas. Mi hermana mayor dice se desdobla cuando puede y ve fantasmas cuando quiere. Mi vieja lee el cigarro a sus amigas y vecinas y según los afectados, ella es muy certera. Mi hermana menor aprendió a leer el tarot... para aprender nada más. Siempre decían que ellas eran las brujas de la familia y hay cientos de historias que circulan alrededor de ellas. Una vez mi hermana soñó que mi viejo le pedía que se no se enojara por no llegar a su cumpleaños, él vive en Cañete y debía llegar ese día. A golpe de siete de la noche, mi hermana se molestó pues el viejo no llegaba hasta que vimos por la tele un accidente en la carretera a Cañete. Era mi viejo el que casi se mata esa vez. ¿Premonición? No lo sé.

El día sábado dormía plácidamente cuando recuerdo que desperté y me dijeron, ¡ganó Francia!, ¡ganó Francia! ¡Uno a cero, le ganó a Brasil! Cuando desperté de verdad, eran las 10am y el partido aún no empezaba pero tenía esa idea en la cabeza que me lo llegue a creer. Brasil era mi favorito y tuve que verlo perder.

No creo en fantasmas, sueños premonitorios, ni brujería. Pero me quedo fácilmente sorprendido cuando cosas como estás suceden. Leí en el blog de Diva que ella se sintió extraña cuando encontró una moneda, un euro, en su ensalada y su amiga le dijo que era una señal. Mi personaje de Ricardo lo creé con esta capacidad de identificar señales y creo que no me salió bien del todo. Lo gracioso fue que hace un par de semanas me dirigía a un lugar al que no debía ir, digamos que iba a la heladería cuando estaba resfriado para no entrar en detalles. En el camino, mientras me fumaba mi cigarrito, pensaba en la luna de paita cuando tropecé con una bolsa de plástico que me detuvo el paso. Lo primero que pensé era que el destino no quería que vaya a la heladería y continué. Al llegar a un semáforo, raramente dejó pasar a todos los autos de la avenida por más de cinco minutos... asu, era demasiado tiempo para mi, en especial por que quería comer helados, pero caramba, como demoraba! Así, que sin más ni más, me aburrí y me di media vuelta de regreso a mi casita a abrigarme y no comer el ansiado... y delicioso... helado. Cuando llego a casa me enteré que se habían metido a este local a asaltar a punta de pistola. De la que me salvé.

Es en momentos como este que me di cuenta que esta cosa de las señales debe ser cierta hasta cierto punto. Claro, si quieres creer en ella que más te queda. Como lo leí en el blog de Daniellha, cada instante de la vida es un milagro y nosotros estamos ciegos a ella, si viéramos a cada detalle las cosas que suceden, podríamos incluso separarnos del mundo real. Ok, tal vez no sea esto exactamente lo que leí, pero entendí, o quise entender, que si viéramos mejor a las cosas que nos rodean podríamos entender mejor las cosas que nos suceden.

Basta de alucinaciones siderales que para eso hay otro blog.