Día 16. Lo que no ves todos los días.

A 14 días de mi regreso puedo hacer una pequeña compilación de algunas cosas que a mi persona soreprenden, algunas de ellas ya les he comentado, pero otras me sacan de cuadro, como dice Alfredo, me hacen poner cara de ecuación diferencial. Entre las Top Ten cosas que no ves todos los días (probablemente en cualquier otro departamento del Perú menos en Lima) están:

10. Cielito lindo. Está de más decir que no extraño para nada el cielo panza de burro de mi querida Lima, pero es que el cielo es casi hipnotizador, le he tomado tantas fotos que hasta me siento ridículo, algo que los cajachos ven todos los días y que no toman atención. Espero que eso perdure siempre.

9. Aire puro. Hace unos días hubo una campaña al medio ambiente. Hubieron policías, junto con la prensa local, deteniendo vehículos al azar para medir el porcentaje de dióxido de carbono que producían estos. Me gusta la conciencia ecológica que enseñan acá.

8. Música. Y no la del violinista o el tío que toca su zampoña, no, no, no, sino más bien la de una orquesta. Ya van dos días seguidos que una banda (sorry, no recuerdo su nombre) toca en la plaza sin fines de lucro. Y para colmo tiene a borrachitos haciéndoles el baile para amenizar la noche. Todos los de la orquesta son personas jóvenes e incluso dos chicas hacían de las suyas dentro de la misma. Como para amenizar una noche tranquila.

7. Konishiwa. No sé si en Lima la costumbre alguna vez se dio, pero todos sabemos que en provincia saludar es como respirar. Saludas a la chica de la panadería, al guardia en la cafetería, saludas al gringo minero y, si viene, también a su viejo, te saluda el perro, el gallo y el guardían del huerto, saludas al mendigo de la calle y hasta aquel que baja del valle, saludas al turista extranjero en cualquier idioma ajeno, en fin saludas a todos por cortesía y si no los saludas... hay de ti madre mía!

6. Degustación. En antaño, en aquellas épocas cuando la vida era en blanco y negro, veías a las caseras del mercado ofreciéndote su fruta para degustar, si te gustaba, lo comprabas y sino, te llenabas la panza a punta de fruta. En los alrededores de la misma Plaza puedes apreciar a los mismos productores ofreciéndote sus productos, si te gustan, compras y si no… ya tuviste tu postre.

5. Oiga caballero. Ayer me fui a pie a Santa Apolonia, aquel sitio donde se ubica la silla del Inca y de donde se puede ver toda la ciudad. Tenía que ir para tomar una foto de lo que es ahora Cajamarca y compararlo con lo que era antes. El asunto es que cuando subí al punto mas alto de Santa Apolonia, esperaba que algún niño quisiera hacerla de guía turístico, pero quien me recibe primero fue… ¿un payaso?

4. Vieja Pituca. Es parte de la idiosincrasia limeña, supongo, tomarse fotos con la fauna local, pero hace unas semanas cuando estaba en el balcón admirando el paisaje, vi un grupo de tías (bien tías), estiradas como papel film tomándose unas fotos con las paisanas. Incluso llevaban su trípode para poner a la cámara. Lo gracioso resultó ser que el trípode era de las paisanas y no de las tías, que si no limeñas, extranjeras.

3. Motocross. El día de mañana se hará una exposición de motocross… en alguna parte de Cajamarca. Para eso, muchos deportistas han estado yendo y viniendo de muchas partes del Perú para participar en el evento, incluso en la tarde de hoy podían ver a algunos exhibicionistas hacer sus piruetas por toda la plaza. La nota anecdótica la puso un niño de 4 años en su moto siendo guiados por sus padres en otra. Era un retazo de hombre manejando su motito como experto entre todo el trafico de la tarde, de verdad pensé que lo iban a chocar, pero el mocoso sabía lo que hacía. Mis respetos.

2. Si no hay solución… Ayer por la tarde hubo una campaña de donación de sangre (los panfletos decían: “por favor, abstenerse promiscuos”) en una esquina de la Plaza. Lamentablemente al mismo tiempo, hubo la marcha del Sutep, que no es por nada, pero parecía congregar a todos los cajamarquinos, como si todo el pueblo fueran profesores. Por suerte, la gente del Sutep pasó desapercibida como la campaña de donación.

Y el Top Ten de las cosas que no se ven todos los días…

1. Celolar. Estaba paseando por la Plaza de Armas y me ofrecen lustrarme los zapatos, así que para colaborar con el trabajador independiente lo hice. A medio lustrar el lustrabotas de no más de 15 años, se disculpa y saca su celular. Su mamá lo estaba llamando. Es que si no tienes Nextel, estás en nada (no tenía Nextel, pero si así hubiera sido, ya me verían a mi lustrando tabas).

Mención especial a los cortejos fúnebres, a las caiguas rellenas que como diría Schatz, son tan grandes que no sabes si comertelas o sentarse sobre ellas (pídanle explicaciones a él) a los ambulantes honestos, a los calatos del parque en media noche, a las "mandadas", a los super escotes que se ven desde el balcón y las super cinturas que muchas de las cajachas tienen, además de sus hermosos ojos y trato cordial con cualquiera que no es de la ciudad. Mención nada especial a aquellas personas que siempre responden cuando uno dice que es de Lima… “vienes a la mina?”