Día 30. Huachafo!

A diferencia del resto de los mortales, he de admitir que no soy igual a todos (pues es obvio, sino tendría un hermano gemelo, pero él no llego a nacer) y por primera vez voy a decir algo que pondría en peligro mi integridad personal, moral y psicológica, pues aunque no lo crean, a mi me ha costado vivir con este estigma que me castiga desde muy joven.

Y es que tengo un poder. Sí, así como lo lees, mismo Dragón del 96 (*) (me refiero ahora a los personajes de mi novela, no a mí como persona), tengo una habilidad especial que me hace resaltar de entre mucha gente, estoy un paso adelante en la escala evolutiva, casi un X-Men, casi un Héroe (si… el de Universal Channel a mi pesar), casi, casi, casi un hombre maldito por alguna gitana a la que no dejo que le leyera la mano en la esquina de 28 de Julio con Paseo de la Republica (claro, por Polvos Azules).

Supongo que muchos de ustedes (alucinantes) pensaran que puedo volar, convertirme en piedra o echar fuego por la boca (puedo echar humo por la boca), pero no, mi habilidad especial es tan especial que hasta produce envidias. Si, es cierto, cuando se los cuento a mis amigos me dicen que soy un "huachafo" por tenerla (solo por que ellos no la tienen como yo… me refiero a mi súper habilidad, ok?). Han de saber que es algo que no he aprendido a controlar y creo que poco a poco lo haré… algún día.

Como empezó todo? Pues recuerdo los fines de semana cuando era niño y me quedaba en casa de mi tía. No podía quedarme, me costaba hacerlo, no me acostumbraba, mi cuerpo rechazaba el quedarme en casa ajena… y ahí fue cuando descubrí esta habilidad. Descubrí que tenía la habilidad de acostumbrarme a cualquier sitio al que fuera.

Que? Ahora vas a dejar de leer solo por que no puedo tomar otras formas o no soy superveloz? No pues, no te formes un juicio sin antes terminar de leer mi testimonio.

Siempre solitario, muchas veces imcomprendido. (**)

Sí, es cierto, puedo acostumbrarme a cualquier sitio al que vaya, adoptó las costumbres rápidamente y me toma menos de un día aclimatarme a cualquier lugar, por más extraño que sea. Cuando hice el internado en un conocido colegio limeño veía a otras personas llorar por no acostumbrarse al estilo de vida militar, en una semana ya algunos habían partido, pero yo seguía como si siempre ni vida hubiese sido así. Cuando regresé de los yunaites (era un mocoso) regresé hablando inglés, casi nada de español y me costó volverlo a aprender (es por eso que tengo algunas faltas hortográphicas). Hace dos años que me fui a Ecuador, solo bastaron horas para hablar como ecuatoriano y me sucede lo mismo cuando voy a algún lugar donde las personas hablen con un acento distinto al mío, lo adopto casi al instante. Olvido fácilmente mi vida anterior, adopto las nuevas costumbres como propias tanto así que la primera vez que vine a Cajamarca regresé a Lima hablando como cajacho y en la universidad todos pensaban que yo era del norte, mas no limeño. En esas oportunidades me sentía incomprendido, mofado, burlado, menospreciado, pues aún no podía controlar mi habilidad. Ahora como que lo controlo un poco.

Sí, ya sé lo que debes estar pensando. Que soy un huachafo, di? (no puedo con mi genio)

Envidiosos!

(*): dícese de la persona que nació el día nueve del mes seis en el año del dragón y que comparte algún tipo se habilidad especial.
(**): Fotografia cortesía de fthr.org.