Pensamientos de Jueves. - Sin sentimientos.

Esta ha sido una semana larga, por eso el subtítulo de este PdJ corresponde a una descripción algo generalizada acerca de cómo me estoy sintiendo. Y tengo que ser fuerte.

No sé ustedes, pero me he dado cuenta que los peruanos somos muy sentimentales. Solemos rendirnos ante una cara triste y llorosa, tanto que los medios (algunos, no todos) prefieren mostrar eso para tocar nuestros insensibles corazones. Y no digas que no, por que en más de una oportunidad más de uno de nosotros ha sentido compasión por las historias trágicas que vemos por tele.

Pobrecito el viejito, lo han echado de su casa, cuando en verdad el viejecito de marras no ha pagado renta por más de 4 años y lo único que lo tenía con un techo era que la sentencia no se había ejecutado.

Pobrecita la señora, tiene 6 hijos y ni un pan que comer, y nunca lo tendrá pues apenas recibe un centavo prefiere echar suerte en el casino, dejando a los hijos pasearse por toda Lima con su bolsa de caramelos a su suerte.

Siempre tenemos que reaccionar a las lágrimas ajenas, son la mejor arma de aquellas mentes manipuladoras, no importa el género, que no tienen otra forma de lograr el éxito. Detesto tener que sucumbir a deseos ajenos por no poder controlar esa sensación que muchas veces me parte el alma. Detesto ser un muñeco de trapo que pueden controlar fácilmente con unos gritos y llantos. Claro, yo podría decirles… “si, ella es la manipuladora, no le crean a ella, créanme a mi”, pero si me ven en el momento lo primero que atinarían a decir es “bien malo eres, no? Pobrecita, como la haces sufrir”.

Por que esa manía de estar del lado más débil? Acaso somos tan compasivos que nos olvidamos de la situación y solo corremos a proteger al desvalido? No sé, me parece injusto tener que tomar una decisión en el momento si no conocemos el entorno de una situación. Por ejemplo…

Vemos en la televisión a los pobladores de Santa Rita de Cahua (un asentamiento humano creado para fines teóricos), que los están echando del pampón donde han vivido en los últimos diez años. Y todo porque el verdadero dueño esta tratando de recuperar legalmente lo que es suyo. Y mejor no sigo con los ambulantes, pues sino me quedo todo el día. Y no es que quiera meter a todos los ambulantes en el mismo saco, hay historias e intenciones, buenas y malas, pero no me compete discutir eso.

El hecho es que, creí que me sentía fuerte ante ciertos tipos de chantajes sentimentales, pero caigo en cuenta de que no. Así como yo aprendo a fortalecerme de los ataques más simples, el enemigo aprende a crear armas más poderosas en contra de personas como yo… pero no, yo me doy cuenta, sé cuando me están mintiendo, así que lo único que me queda es resistir a las nuevas maniobras de mis enemigos.

Debí llamar este post “Catarsis de Jueves”. No me siento mejor, pero si más aliviado.