Poca fe.

El día de hoy salí en búsqueda de comida para la rana sin nombre a la que mi madre ahora ha adoptado. Hace un par de semanas le compre lombrices, pero me parece que no las come, así que súper investigando en la red encontré que estos pequeños batracios (o anuros) comen krill.

Qué es krill? Pues krill es un pequeño animalito que sirve de alimento a medio océano, hasta donde sé, langostas, ballenas y demás peces y/o crustáceos se alimentan de ellos. Leyendo en Wikipedia me enteró que son el animalito de mayor abundancia en la tierra (al parecer más que las hormigas) y es un… saben que? Mejor léanlo.

La cosa es que mientras buscaba el alimento del sapo, me paseé por Ripley, una tienda donde encontré a Starscream de Classics (la tontería esa estaba como S/.750… no, gracias), RadioShack, Cineplanet, Metro y Pet Shop. Luego salí de centro comercial y cuando estoy de regreso a casa, me doy cuenta que… por la pm, no tengo mi billetera.

Lo primero que se me ocurrió fue llamar a casa, a lo mejor la olvidé ahí y justo cuando sacó mi cel, mi hermana llama a decirme que habían llamado de la universidad para decir que habían encontrado mi billetera. ??? Cosa rara, así que regresé al centro comercial a preguntar si la habían visto. Los de seguridad del cc no sabían nada, así que me fui tienda por tienda buscando a la persona que supuestamente me llamó. Era más que obvio que me habían dado mal el mensaje, después me enteré que la persona que llamó a mi casa, había sido de la universidad pues a ella la llamó la persona que encontró mi billetera.

Yo ya le había echado tierrita a mis 500,000 euros en billetes grandes, mis múltiples tarjetas doradas, platinum y diamante que tengo estratégicamente ubicadas en mis compartimentos secretos, mis números de la Tinka, Ganaya y la lotería de Huacho, mi estampita de la Mano Poderosa, mi billete de 2 dólares de la suerte, mis tarjetas de Cineplanet, Bonus y Vivanda y “la agenda” donde están los números de los más deliciosos y exquisitos polv… mejor lo dejo ahí. No se me alejen del tema, pues… la cuestión era que me iba a quedar sin billetera.

Haciendo memoria, recordé que esa tarde había estado en Ripley jugando Twister de muestra, me había dado un par de aspas de molino, caminé boca arriba, bailé Dance, me di un mortal para conseguir una oferta de 2x1 con 30% de descuento en sandalias, pero en ninguno de esos momentos recuerdo haber dejado mi billetera volar. Así que volví a Ripley, me paseé por todos lados, pregunté a los de seguridad y ellos no sabían nada, así que cabizbajo y meditabundo, con la mirada tierna, el hocico partido y el rabo entre las piernas me quité de ahí, pero justo antes de dar un paso afuera escucho que dicen por el altavoz “… al señor Dragón Wenceslao del 96, por favor acercarse a plataforma en el segundo piso…” y sin pensarlo dos veces (cinco veces de acuerdo al post anterior), fui a plataforma, de donde me derivaron al pata que la encontró.

No te me vas a escapar tan fácil.

Después de gilear un rato con su compañera, JT sacó mi billetera y me aseguró que todo estaba completo (debo aclarar que apenas me di cuenta que faltaba mi billetera, llamé a todos los bancos a anular mis tarjetas, aunque pudo haber sido tarde pues ya calculando el tiempo había pasado más de media hora… y lo peor es que también tenían mi DNI), me ofrecí a pagarle de alguna manera (tranquilos, calichines… no soy tan barato) y después de desarmarme en disculpas, me retiré. Y no es que sea desconfiado, pero una vez fuera de Ripley revisé que todo estuviera en su lugar (al menos “la agenda” estaba completa y era por lo que más hubiera sufrido).

Solo me queda AGRADECER a JT, por encontrar mi billetera, por su enorme honestidad (ya revisé los últimos movimientos de la tarjeta) y por hacerme creer que AÚN existen personas con los valores morales suficientes como para hacer una buena acción. Me parece increíble, pues para serles sincero, había perdido la fe en las personas, pero esto me hace dudar… Esto también viene con premio, un agradecimiento especial a Ripley por contar con personas como JT y a la Universidad Católica (PUC) por comunicarse con mi familia, aún cuando de la universidad ya no sé nada desde hace dos años.