miércoles, julio 05, 2006

Viviendo con animales.

No, no me refiero a mi familia y a la vez si. Lo digo por la cantidad de animales que tengo en casa. Es normal tener uno, tal vez tres, pero más de diez, no lo creo. Bueno, depende mucho del tamaño del animalito de turno.

Ya que me quede sin perros, la última fue Zashe, tuve que encontrar refugio en los periquitos australianos y un hamster. A los periquitos nunca les tomé atención, pero como mis mañanas últimamente se han puesto amplias, empecé a darles más cabida que la debida. Están, en orden de aparición, Uno y Dos, los patriarcas, Tres y Cuatro, Siete, que entró a casa de mi flaca y la lleve a un lugar mejor (Cinco murió así como Seis), Ocho, que es al único que enseñe a pararse en mi dedo, Nueve, el último en nacer hermano de Ocho e hijo de Tres y Siete, y Diez que llegó en reemplazo de Seis. Nunca pensé ponerles nombre, pero como tengo tiempo encontré en que entretenerme.


Por otro lado, Shu duerme en mi cuarto. Shu es un Hamster Ruso que ocupó el lugar de Tummy, un Hamster Sirio que se rompió la cadera después de un mal golpe por parte de mi pequeño sobrino. En realidad a Shu lo conseguí poco después de la muerte de Tummy, y como andaba con la onda de los dragones, decidi ponerle Rata Dragon, o en japones sonaría algo así como Shu Long, pero ya sabrán por que no se quedó con ese nombre.


Si, pues, soy de criar animales, me gusta hablarles como si fueran personas, lo bueno es que siempre te escuchan y nunca te dicen “oe’ sabes que? Tengo que irme, mi flaca mi espera” Pero como? No que habías terminado con ella? “Sí, pero... ¡adiós” Me dicen cruzando la puerta como desesperados...

Quiero comprarme un perro, un Weimaraner o un Doberman, ambos son de raza grande, pero mi hermana tiene miedo por mi sobrino. Una amiga, que ama más a los perros que cualquier persona que conozca, me ofrece perros de la calle, que aceptaría gustosamente, pero me gustaría además tener uno desde cachorro. En especial macho, pues las hembras al llegar el celo, se pelean entre sí... y eso les dura toda la vida. Lo digo por experiencia.

Siempre quise tener un animal distinto al común de las mascotas, pero tener un erizo o una ardilla voladora, sale tan caro como mantener a un hijo. Tal vez si estuviera en Zúñiga, Cañete. Por lo pronto, sé que nunca tendría peces, cuyes, conejos (que si he tenido) o Wookies, por más naves interestelares que puedan manejar.

Hecho: el promedio de vida de un periquito australiano es de 15 años, y el de un Hamster es de tres o cuatro. Quiere decir que la primera generación de Uno y Dos verán a los bisnietos de Shu… si llega a reproducirse.

2 Comments:

Blogger novivo said...

Me acuerdo que un amigo mío tenía un tigrillo es el techo de su casa. Esa mascota si era increíble. Ningún animal domestico se le acercaba por que su olor salvaje imponía respeto.

6:36 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

tantos animales?

y si eran 15 anios el promedio de los pericos como demonios se te paran muriendo?

facil te los estas comiendo sin darte cuenta... excepto ese que amanecio atracado con el pico en la jaula...

2:20 p. m.  

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