36.5 no la ve.

Ayer por la noche se me encargó una misión de lo más fácil, mi hermana está recolectando mismo Mario BROS los útiles de colegio de mi sobrino (en Marzo empiezan las clases) y según las normas del cole, todos estos útiles deben entregarse dentro de un límite de tiempo... y solo me quedaban 36.5 horas (contando desde este momento) para completar la tarea.

Así que con lista en mano, mi Mapa del merodeador, una brújula, dos chapitas de Pepsi y un gancho de ropa de plástico, salí en busca de los dichosos libros que faltaban en la lista. Llegué al Bosque Negro como mi primer punto de búsqueda y me crucé con una señorita de lo más extraña, vestía un traje recontra corto con motivos indios y una bincha en la cabeza con unas cuantas plumas, le pregunte si sabía donde Lau Chun tenía su sucursal ahí y me dio las instrucciones para llegar. Me despedí amablemente y llegué a la librería de marras. Lo curioso es que Lau Chun no tiene los textos para primero de primaria y según su vendedora, no llegan hasta la próxima semana, es decir recién los recibirán una semana antes de empezadas las clases. Eso me sonó a finger (o sea una metida de dedo espeluznante) así que me fui con dirección a mi siguiente parada, la mítica tierra del Digimundo.

Después de cruzar el portal al Digimundo (que pasa por Chama) llegué a la zona
oscura donde encontré otra librería. El lugar estaba lleno de digimones comprando útiles para sus digi críos y así entendí que esto de las compras escolares es una deporte de aventura, las tías se pelean a las vendedoras, se gritan, se trompean, saltan, se transforman, y todo para conseguir la atención de una vendedora. Me quedé como idiota esperando que una señora llenara su lista tipo pergamino para que cuando terminara una chica se metiera y me robara mi turno. Me dio tanta cólera que le pasé la voz para mostrarle mi desagrado.
D96: Oe, mamita...
Mamita: Sí? – dijo muy amigablemente con una sonrisa que me dejó helado.

Esa cara, ese traje, era nuevamente ella, aquella extraña del Bosque Negro me había robado mi turno, buscaba al parecer algún libro también para su hijo o que sé yo y una vez comprado lo que tenía, se fue sin decirme nada. Extraño, realmente. Y me dirigí, olvidándome de la extraña indígena, a la digimon que me atendiera, le di la lista de los libros que me faltaban sin haberme antes percatado de los nombres de estos. Y no van a creer lo que encontré.

Clemencia, la vaca que quería ser blanca. No sé si pensar mal o no, pero no basta con que otros grupos étnicos quieran ser blancos, ahora los animales también quieren serlo. Que será? Creerán que siendo blancos tendrán todas las oportunidades abiertas y se casaran con blancos y vivirán en Eisha? No sé ustedes, pero las vacas, aunque se vistan de seda, vacas se quedan.

Pimienta en la cabecita. Repetirlo nomás me da cosa... eso debe picar... como la gran flauta! O es como mi hermana dice... que trata de como tratar a los piojos. Mnn...

Andrés y su nuevo amigo. Si ya sé que debe sonar jalado de los pelos, pero por que Andrés debe tener un nuevo amigo y no una nueva amiga. Ok, estamos en una época donde la intolerancia es pan de cada día, tal vez deban haber más libros así.

El secreto de Lorenzo. Teniendo en cuenta que estos libros son para niños de primero de primaria, que secreto podría guardar un niño? Tiene seis dedos? Mami juega con el jardinero cuando papi se va y le regala dulces? No entiendo.

Los 6 amigos van al Colca. No sé ustedes, pero seis niños yendo al Colca sin supervisión adulta? Y hasta donde sé, el paseíto de marras te cuesta algo de 100 cocos sin guía, es o no eso peligroso?

Un superhéroe en casa. A editorial Santillana no se le ocurrió mejor idea que meter un super personaje en casa de un niño, claro que cuando se entere el mundo de la existencia de un superhéroe, un niño no será el que mejor guarde el secreto, no? Digo, si quieres mantener una identidad secreta...

Yo te curaré, dijo el pequeño oso. Ok, alguien sabe lo peligroso que pueden ser los osos? Por favor, mejor llamen al libro “Yo te curaré dijo el pequeño Sauron”.

De todos los libros que menciono, solo encontré uno “La aventura de Lorenzo” (espero que no sea una que incluya insectos venenosos, ni paseos por templos antiguos o affairs de una noche) cuyo preció estaba en S/.18. Supuse que sería un libro respetablemente grueso, en cambio era todo lo contrario, era un papel con tapa dura de no mas de 3mm de espesor, creo que tiene tres hojas el libro y si saco mis cuentas, cada hoja debe valer como S/.6. No sé ustedes, pero esto me parece un robo.

Muy a pesar de lo que cuesten los libros, el tiempo se me acaba para encontrarlos, mi hermana me habló de un chifa donde puedo conseguir los otros (Choi Tak, creo), pero eso no lo supe hasta que regrese a la cueva (o sea, mi jato). Mañana lista en mano, volveré a buscar los dichosos libros.

Pero la aventura del día no acaba acá, al no haber encontrado los libros en el Digimundo me dirigí a otras librerías en otros planos, sin éxito alguno y en todas ellas me cruce con esta chica de rasgos indígenas que parecía seguirme. En mi última parada, en Narnia, llego a la librería de la zona y me dirigí a un mostrador a preguntar, desde lejos podía ver unas plumas asomándose por los libreros, pero no distinguí a la persona hasta que llegué. Cuando me acerqué a preguntar, nuevamente la chica misteriosa sale del mostrador y me regala una sonrisa.
D96: Tu otra vez? – pregunté asombrado.
Muchacha: Dragón... Tu eres Dragón del 96, verdad?
D96: (plop, pensé) Me conoces?
M: Sí, he leído tu blog. – un nuevo plop se hizo en mi cabeza. Como si hubiera comido un Bolimbo super hiper ácido.
D96: Como...? Como me reconociste, si no tengo fotos mías en mi blog.
M: Claro que sí, de la reuna de Ursula, te reconocí desde que te vi por primera vez.
D96: Pe.... pero yo no sé quien eres tu... – de verdad estaba extrañado, no pensé que alguien me abordaría en plena calle alegando mi identidad secreta (ahora veo que el libro del superhéroe podría tener una utilidad).
M: Sí sabes, solo que no debes acordarte...
D96: Eh... – en este momento me daría cuenta que estaba a punto de tener una razón para escribir un post.
M: Mi nombre no importa, soy blogger como tu, pero ya no blogueo. Te escribí un par de comentarios una vez, pero ahora solo te leo.
D96: Ah... que interesante tener una fan. – no sé me ocurrió mejor cosa que decir. Al menos fue mejor que la primera frase que pensé “Donde quieres el autógrafo?”.
M: No quiero que pienses que soy algún tipo de loca que te sigue, pero es que quería conocerte. – entonces me acordé de todos los sitios donde la vi antes ese día. Solo una frase retumbó en mi cabeza... “cucú... cucú”. – Y espero que no te molestes si te pido algo...
D96: Ok. – que no sea plata, que no sea plata, pensé. – Normal, tú dime, si está a mi alcance, lo haré.
M: Vamos a... comer. – dijo tras poner una mirada sería.

Entonces me di cuenta de lo que esta pequeña chica quería... retarme a una batalla de tenedores. El telón de una nueva batalla se ha levantado... apuraos, caballero de atenas, que esto recién a empezado.

Me olvidaba, si alguien sabe donde conseguir estos libros, por favor avíseme.