Casi, el cuero.

Una de las conversaciones recurrentes cuando uno está emparejado es acerca de la apariencia, ya antes les hable de mi look, pero era el que tenía antes de la última FD96. Sin embargo, la simbiosis hombre troglodita-mujer cosmo termina por embarrar el look de uno y transformarlo en uno nuevo, mismo Spiderman con el simbionte (de hecho que fui al estreno de medianoche, se nota verdad?). Bueno, la conversación era algo así...
FD96: Si pudieras cambiar o mejorar algo de mi... que cambiarías? – está es la milenaria pregunta cargada de trampas y afirmaciones anti éticas (después de la típica “estoy gorda?”) cuya respuesta nos lleva a una tautológica respuesta de “nada”. Ojo con la trick question.
D96: Pues... nada. – sabias palabras de un dragón.
FD96: Ya pues, en serio? Que cambiarías? – nuevamente queriendo cazar al ratón.
D96: De verdad, nada... eres perfecta tal cual eres. – el relleno merece premio. No sé puede mentir de una forma más descarada.
FD96: Bueno... yo...

Ok, hasta este punto la conversación debía acabarse como cuando quemas el extremo de un cordón, chamuscado y tieso, incapaz de sacar una hebra como para continuarla, pero todos sabemos las capacidades de las mujeres en doblar la realidad y continuar con lo ¿incontinuable? (apuntaré eso para mi diccionario).
FD96: A ver parate... – me pongo de pie, listo a ser examinado bajo la lupa del scanner femenino y mostrar todas mis imperfecciones, pues como todo hombre soy imperfecto hasta en la forma de respirar.
D96: A ver, que cambiarías tu de mi?
FD96: La ropa, no PUEDES usar polos toda tu vida, y deberías botar ese polo pues ya esta estirado del cuello, no tiene color... – y no es que lo haya pensado, simplemente lo suelta.
D96: Qué más?
FD96: Me gustan tus piernas así que eso está bien, pero... – y es aquí donde viene la parte en que a uno le abren los ojos – no tienes mentón, si tuviera plata te pondría mentón, te subiría un poco la nariz – mi nariz? No!!! – no haría que te dejes barba, por que se te ve horrible, pareces descuidado y no te crecen las patillas.
D96: Pero a mi me gusta dejarme barba, aunque no me crezca toda, además he tenido amigas a las que les he gustado – ojo con que dije “amigas”, decir “ex” es suicidio.
FD96: Yo que tu pasaría unos meses en el gym para que saques brazos, están muy fofos. Además puedes aprovechar en empezar a hacer ejercicios para que te pongas más mazetón.
D96: Algo más?
FD96: No sabes cortarte el pelo, no? Te voy a llevar con mi peluquero que él corta mostro, atrás siempre te dejas una línea, pareces militar y como tu eres “trinchudito” – palabra dicha como si dijera una grosería – deberías usar laca para bajar por aquí y subir por acá.
D96: Mnn...
FD96: Tus orejas son chiquititas y tus párpados se están cayendo, nada que con un buen lifting no se arregle. Además tienes que hacer algo para borrar esas manchas que tienes en los brazos y no te digo nada de tus codos por que están RE-secos. Podrías usar una crema que tengo. Además, si sigues haciendo esas caras siempre te vas a arrugar muy rápido, debes usar unas cremas que vi la vez pasada en Ripley. Por suerte no tienes problemas de espinillas... - ¿por suerte? – pero por siacaso solo usa jabón X por que tiene crema humectante y no te seca la piel.
D96: Algo más, mamá?
FD96: Tus dientes se pueden arreglar con una visita al doctor Z y con cinco mil dólares tienes dentadura nueva y de supermodelo, acaso no has visto a fulanito y menganito con esas sonrisas en la tele? Eso es lo primero que deberías arreglarte en cuanto puedas.

Entonces, después de haberme sentido como un Frankestien (no me sorprendería que a Mary Shelley se le hubiera ocurrido el famoso personaje por venganza a algún marinovio) y haber sido cacheteado por la realidad, tiene que venir el golpe de gracia.
FD96: Y... ahí abajo... – dice señalando y agarrando el “bulto”.
D96: Qué? Qué tiene? Tu siempre me has dicho que te gusta.
FD96: Mnn... – dice sonriéndome por compromiso.
D96: No jo...
FD96: Yo le rebajaría unos... – dice revisándolo – unos tres o cuatro centímetros.
D96: LA PUCHA!!!

A manera de experiencia personal he de decir que después de tantas peleas acerca de la apariencia y de cómo uno debe vestir, entre muchos etcéteras, he de estar contento por lo que aprendí. No soy un metrosexual ni nada por el estilo, pero aprendí que debo de una u otra manera, preocuparme por como me veo, no solo para sentirme bien conmigo mismo, sino por que, aunque me duele reconocerlo, la apariencia lo es todo. En entrevistas de trabajo el buen vestir es un must, cuando uno camina por la calle ninguna chica linda te ve si es que no te ves “presentable”, pues queramos o no aceptarlo, la primera impresión siempre entra por los ojos. Aun me cuesta creer en esto, de verdad que si.

El antes y después de mi última relación.

Pasado los primeros años de relación con FD96 ya era una nueva persona, solo utilizo cierta marca de jabón y champú, visto de acuerdo a las posibilidades de mi bolsillo, aunque nunca seré un icono de la moda, aprendí a cortarme el cabello y probablemente en un par de años empiece a taparme las canas con algún tipo de tinte vegetal hasta que aprenda que las canas me hacen ver mucho mejor que cualquier chiquillo inexperto y me de más clase (o prestancia) de acuerdo a como lo utilice.
D96: Pero pensé que estabas contenta con ello.
FD96: Cuando te conocí eras más flaco... – reafirma agarrándome el bulto de la cintura – ahí está pues, las papas fritas que te empujas, las hamburguesas, la chela, las pastas... todo se te va a la “pancita” que tienes. Con una buena lipo te bajas 3 o 4 centímetros y vuelves a ser talla 30 como cuando te conocí. – creo que en verdad era 32.
D96: Ok... sabes que cambiaría de ti? – de pronto el cielo se oscurece, truenos retumban en el horizonte, las calles se agrietan y la gente grita afuera en las calles, el Apocalipsis se acerca.
FD96: Qué?
D96: Pues te dejaría el cabello más largo. – un comentario más gay que ese no puede haber... o si?

Algo que nunca entenderé de las mujeres es todo el trabajo que se toman para hacerlo a uno verse más que “presentable”. Obvio, pues no pueden salir a la calle y presentar a sus amigas a un pordiosero, tiene que ser EL HOMBRE, el galán, el terror de las fiestas, impecable y sin pasado (por que tenemos que ser de estreno). Pero cuando alguna chica guapísima nos ve en la calle y le devolvemos la mirada (tímidamente), se arma la de San Quintín y nos volvemos los infieles por naturaleza. Ya pues, decídanse, si quieren que nos veamos bien, no ... tanto.
FD96: Tu crees? – dice agarrándose el cabello.
D96: Ya pues, en serio, tanto así me cambiarías?
FD96: No, tu estás bien como estas, así eres mi cuero.

Aún me gusta verme desordenado, en verdad no me preocupo tanto por como me veo cuando salgo a algún sitio, salvo tengo terceras intenciones. No seré un cuero, ni casi un cuero, solamente soy yo.