D96 vs Sodimac.

El día sábado me fui a Sodimac a comprar un spliter. Inocentemente, elegí el primero que vi, uno sencillo de una entrada y dos salidas y me fui a cambiar el que tenía en casa que ya estaba maltratado por el clima y el tiempo, como la tía caucásica en sus lates 60’s. Pero la sorpresa del día me la llevé cuando una de las salidas estaba defectuosa, parecía que estaba mal calibrada o tapada pues el alambre del cable no quería entrar. Entonces, como es correcto hacer, me fui de regreso a Sodimac a reclamar mi producto defectuoso y:

Opción A. Cambiarme el producto por uno nuevo.
Opción B. Devolverme mi dinero.

Round 1.
Me acerqué al despacho de Atención al Cliente, donde un robusto señor llamado Gerardo me derivó a la oficina de al lado para conocer a la dulce y escultural Jane, que es la encargada de los reclamos. Al verla taaaaaan ocupada, decidí volver más tarde mientras hacía más compras (esto de comprar herramientas es un vicio de verdad, es como comprar juguetes, pero para adultos).

Round 2.
Al termino de mis compras volví donde Jane para que me atendiera, pero justo antes de escucharme, llegó un pata mas con una señora a la que le estaba viendo el reclamo. Como yo estaba solo, sin el respaldo de algun empleado de Sodimac, fui choteado rotundamente, bajo la excusa de que no había sacado ticket. Al rato, con ticket en mano (yo tenía el número 76, en pantalla figuraba el 29 y yo era el único presente... el sistema FUNCIONA!!!), Jane me dijo muy amablemente que me acercara a la zona donde compré el producto para que e hagan el cambio instantáneo. De haberlo sabido antes.

Round 3.
Cuando llegue al lugar de donde escogí inicialmente el splitter, me crucé con el mismísimo Jefe de Área (asu, que chévere suena eso hasta que lo escuchas balbucear), que solo me hizo seguirlo hasta donde estaba Jane. En pocas palabras, si tu reclamo no está acompañado por la presencia de algún trabajador de Sodimac, nadie te cree. Esa no me la sabía.

Round 4.
Jane amablemente me derivó personalmente a la sección donde compré el splitter aduciendo que el inteligentísimo Jefe de Área debió cambiarme el producto ipso facto. Así que me presentó a Marcos, supongo el segundo al mando, que me aseguro que me lo cambiaría antes de que pudiera decir al revés y en quechua “electrocardiografismo”. Ya no habían splitters como el que compré así que me harían una Nota de Venta.

Round 5.
Finalmente me terminé peleando con un tío que se quejó porque le estaba robando su puesto en la cola, él tenía el número 79 y por suerte yo aún conservaba mi ticket por si las moscas (de verdad que esto ya me lo esperaba, así lo callé al tío revoltoso). Me hicieron mi Nota de Venta, Jane tomó mis datos y me fui campante.

Y el ganador fue... D96, aunque no esté contento.

No me jodió que no atendieran mi reclamo al instante, tampoco el hecho de que me hicieran perder una hora y media de idas y venidas por Sodimac como si fuera el Parque de las Leyendas y menos el hecho de lo ineficiente que es el sistema de reclamos, sino que en todo ese tiempo, no le pudiera sacar el número a Jane.

Tener 32 (y ser un web-on) es una cagada.