Detesto ver a mis amigos tristes. Detesto saber que andan mal por una persona. Detesto que me cuenten lo que sucedió.
No, no me considero un mal amigo, solo no me gusta oírlos repetir una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez lo mismo. De lo mal que se sienten por que fulanito o sultanita les rompió el corazón.
Yo siempre me creí inmune a este ataque sentimental. Siempre me consideré cabeza fría para estas cosas, desde la primera vez que me rompieron el corazón. No, no me dejaría llevar por un sentimiento fútil nuevamente. Seré fuerte, soy una piedra, soy un muro, no mas dolor ni sufrimiento por mi parte. NO ME DEJARÍA ENGAÑAR nuevamente.
Pero soy humano y cometo errores.
Detesto convertir mi blog en algo monotemático, pero a veces es inevitable. Y es que esta última experiencia ha sido muy jodida para mi.
Para explicar de forma friki (no olviden que soy ingeniero) lo que me sucedió, les recordaré a quienes vieron el primer capítulo de Star Trek: The Next Generation (Viaje a las estrellas: La Nueva Generación para los menos entendidos) donde aparecen los Borgs.
Q, el omnipresente ser del Continuum, acusa al Capitán Picard y a su tripulación de creerse la gran cosa. Picard lo reta y Q lo envía al cuadrante Delta donde encuentran a quienes luego se convertirían en los enemigos mas feroces de esta serie: los Borgs (no olviden que se hizo una película donde peleaban con ellos, no muy de mi agrado, pero bueno...). Picard y su tripulación pelean en vano en contra de los Borgs (seres mitad biológicos, mitad maquinas) y al verse perdidos, suplican a Q a que los salve, ya que él fue quien los metió en el problema y los humanos, con lo insulso de su tecnología, no podrían vencer a los Borgs. El capítulo termina con Picard prometiendo estar preparados para un próximo ataque Borg, pero admitiendo su derrota y el hecho de que los humanos, no lo tienen todo para ganar.
Deux et machina, no?
Algo así me pasó. Me crucé con mi cubo Borg creyendo que todo lo podía, para finalmente darme cuenta que no es así. Mi mundo fue destruido junto a todas sus creencias, pero creo que ya es hora de reconstruir nuevamente.
Siempre consideré que una buena terapia era hablar de lo que uno siente. En mi blog, yo escribo. Y si hay alguna posibilidad de que escribir me ayude, pues tengo que intentarlo.
Genial! Ahora me siento Emo.